sábado, 11 de septiembre de 2010

Reflexión personal y jodidamente aburrida

Hace un año estaba llorando por las esquinas, sin saber a dónde ir ni con quién; a quién buscar, a quién amar.
¿Qué era lo que realmente quería? ¿Por qué hacía las cosas? Nada era lo que parecía.
Consideraba que todo era culpa mía y que no hacía nada bien, pero no era del todo cierto.
Creía querer a alguien a quien realmente no quería, porque ni tan siquiera sentía aprecio; se acercaba más al odio o la obsesión, pero era la única manera de llegar al olvido.

¿Cómo han podido cambiar tanto las cosas? No he conseguido llegar al punto en el que nada me importa, pero sí he logrado intentar pasar de todo y no saltar a la primera de cambio como un animal.
He cometido mis errores también últimamente, pero solo los veo como una forma de avanzar.
Hoy, 11 de Septiembre del 2010, un año después de todo, estoy en la etapa más feliz de mi vida gracias a coincidencias, a la ayuda del destino o como queráis llamarlo.

No necesito más. Tengo una buena vida y, aunque la salud a veces me de sustos, sigo teniendo a mi familia, a mis amigos y a Aitor. No necesito estar forrada para ser feliz, solo necesito lo anterior.

Aún hay veces que me pregunto: ¿qué habría pasado si...? Porque creo que aún busco respuestas para algunas cosas; cosas estúpidas, pero que han marcado mi vida a fuego.
Sin embargo es momento para pensar en el presente y en el futuro, para cambiar y hacer todo lo que necesito para estar llena, porque lo estoy logrando.

Es la primera vez en varios años que me siento prácticamente completa, querida y abrazada por los que tengo a mi alrededor y casi agusto conmigo misma.
Gracias, no tengo nada más que decir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario