lunes, 29 de noviembre de 2010

Tú te lo guisas, tú te lo comes.


¿Qué ocurre cuando te das cuenta de que una amistad se ha roto? ¿Cómo te sientes? ¿Pero no es peor aún el simple hecho de pensar que tú no querías que esto ocurriera y que a la otra persona le da exactamente igual?

Fuiste jodidamente importante en mi vida y en la de más gente, y cuando nos necesitaste, estuvimos ahí para darte cariño, amistad, palabras de apoyo e incluso amor.
Que lo último funcionase o no con distintas personas me es indiferente, porque al fin y al cabo siguieron ahí solo para ti, esperando una simple mirada de complicidad, una sonrisa picarona o un "gracias, te quiero". Pero nunca lo vimos, y si lo hicimos fue porque tú lo querías en ese momento, porque te apetecía.
Hay quien te lo ha dado todo, desde la amistad más profunda y pura hasta un amor confesado que nunca otra va a poder igualar (y no, no soy yo), pero, para no variar, no te importa.
Cuando nos necesitas, estamos, porque nos importas y porque te tenemos aprecio, pero cuando te necesitamos los demás... No estás, no quieres estar o te haces el sueco. Oye, un secreto, no eres sueco, eres español.

Sé que, quizás, no soy la más indicada para hablar después de todo, porque hemos tenido muchos rifirrafes durante todos estos años, pero aún así he estado, ¿o no es verdad? Cuando más lo necesitaste estuve ahí, a pesar de que hacía un día te estaba odiando con todas mis fuerzas. Pero a ti eso no te importa, ¿verdad?
Te da igual ver sufrir a la persona que más te va a amar en tu puta existencia (que repito, no soy yo, porque ese aprecio mío lo perdiste hace mucho) si consigues de esa persona lo que quieres, como de todos.
Eres la típica persona a la que hay que contestarle las llamadas, los sms o los comentarios porque, si no, se pica aunque vaya de maduro por la vida, pero que luego pasa de los demás como le sale de ahí; algunos estamos cansados.

Si algún día te da por pedir auxilio, no te preocupes, porque te lo daré, pero no esperes un "no eres mal tío, yo te aprecio" o cualquier muestra de cariño, porque eso está muriendo.
Me diste mucho, muchísimo, y gracias a ti he superado muchas cosas, gracias a tus abrazos y a tus sonrisas o bostezos (que siempre me han parecido muy graciosos), pero has parado.
Puedo asegurar que ya no nos conocemos el uno al otro y que esto no tiene solución, pero aún hay alguien que podría aguantarte tus tonterías si tú quisieras, si por lo menos tuvieras un poco de consideración y lealtad.

Pero bueno, que paso de seguir escribiendo para nada.

2 comentarios:

  1. no me gusta leer tanto :/

    ResponderEliminar
  2. pues no te lo leas, nadie te ha puesto un cuchillo en la espalda para que lo hagas

    ResponderEliminar